sábado, 17 de marzo de 2018

Enriquito y Pacho contra Billy el Niño


Según cuentan diversas fuentes William Henry McCarthy, mejor conocido como Billy the Kid o Billy el Niño (23 de noviembre de 1859 - 14 de julio de 1881), fue un vaquero estadounidense que acabó creando una leyenda al convertirse en forajido. A lo largo de su corta vida utilizó distintos nombres, como William H. Bonney, Henry Antrim o Henry McCarthy.


Se le consideró responsable de la muerte de 21 hombres, de las cuales cinco ocurrieron en tiroteos en los que intervinieron otros hombres junto a él (por lo que no se sabe si fue autor o no de dichas muertes), dos en defensa propia, y otras dos durante una de sus fugas de la cárcel.


El sheriff Pat Garret y sus ayudantes cercaron a Billy en la proximidades de Fort Sumner, y le dieron muerte el 14 de julio en una situación confusa y de versiones contrapuestas, que van desde el asesinato a incluso la de que el cadáver no era el de Billy the Kid.


Otros dicen que Garret lo mató en plena noche con un revólver, disparándole en el corazón, aunque por un momento dudó de quién era. En datos recopilados, se pudo leer: «Pat salió de la habitación en plena noche, mientras que sus dos compañeros le esperaban fuera. Les miró y dijo "creo que lo he matado, pero no sé si es él"».


Desde el 2000, se han llevado a cabo numerosas investigaciones y reportajes, diciendo cosas como que Billy the Kid no está enterrado en Fort Sumner o que vivió unos años más. Uno de los más nuevos, llevado a cabo en Texas y empleando un identificador de caras del FBI, reveló que un granjero llamado Robert era idéntico a Billy. Tenían las mismas cicatrices, ojos, nariz. Durante muchos años siguientes en el Salvaje Oeste varias personas admitieron que Robert era en realidad Billy disfrazado, solo que tenía bigote. Aunque Robert llegó a Fort Sumner cinco años después de que Billy "muriera".


Lo cierto es que el Niño se convirtió en una verdadera leyenda que tanto la literatura como el cine han contribuido a engrandecer, tan así es que el séptimo arte le ha dedicado al famoso bandido una cincuentena de películas que versionan su vida, pasión y muerte y aun otras que lo aluden de manera indirecta, inclusive en enfrentamiento a seres de la noche como en la cinta Billy the Kid contra Drácula.


Todo ello porque la saga de un bandido deviene siempre tema atrayente; pero en contraposición, dos cubanos: el compositor Enrique Bonne y el cantante Pacho Alonso popularizaron una canción en la cual Chichí, un guapo de barrio dejaba enanas las “hazañas de Billy “.


Veamos un fragmento: “Billy the Kid fue bravo porque no estuvo en Cuba, porque si hubiera visto a Chichí, toda la magia de su historia queda aquí (…) para tirar de espalda, Cichí no usaba espejo: por el reflejo de una cuchara, Chichí de un tiro despachaba a ciento diez”….


Esta composición paródica, era una lectura jocosa y burlesca de un cine que decidió explotar la imagen de alguien que se convirtió en malo, por su entorno y la facilidad que tenía para despachar al otro mundo a sus oponentes o víctimas.


Fue como una versión musical de la sátira checa Limonada Joe que surgió para ridiculizar el western y fue en efecto un oeste burlesco, pero al fin un western.

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