domingo, 22 de abril de 2018

Escalada de la traición


Para muchos, entre los que me cuento, es incomprensible el alud de ataques de Lenin Boltaire Moreno Garcés contra su predecesor en la presidencia de Ecuador Rafael Correa de quien también fue correlegionario en el Partido Alianza País.
Por supuesto la derecha nativa y la continental comenzaron a echarle aire al diferendo desde que comenzó a gestarse y muchos nos preguntamos en el mundo ¿Eso no le afecta también a Lenín Moreno? ¡Claro!
Pero ya la poderosa maquinaria editorial de los grandes medios se encargará  de minimizar los pecados del actual mandatario y de maximizar y demonizar  la gestión de Correa en los años en que gobernó, con la vicepresidencia de Moreno y Ecuador vivió un próspera etapa de justicia social y económica algo que  de lo ahora el político nacido en Nuevo Rocafuerte19 de marzo de 1953 quiere desmarcarse, mediante decretos y calumnias.
 Es bueno recordar  una frase casi escatológica que dice “Quien revuelve la porquería siempre  sale salpica´o” y eso puede pasarle también a Moreno, algo patente desde la destitución y posterior encarcelamiento de su vicepresidente Jorge Glass acusado de corrupción.
Por esos mismos días Moreno criticó con dureza la situación económica en la que el gobierno anterior había sumido el país dejando una deuda de USD$41.000 millones, casi todo entregado en un descontrolado gasto social. Ante los señalamientos, Correa, afincado en Bélgica, reaccionó desde su trinchera en Twitter: “El Gobierno actual conocía perfectamente TODAS las cifras de deudas y pasivos, que, además, son públicas. No sólo aquello: mantiene el MISMO equipo económico. Hacer una cadena nacional para ‘anunciar’ lo que siempre supieron, es tan solo parte de un show”.
Pero la gota que derramó el vaso fue el anuncio en octubre del 2017 de la consulta que buscaba cerrarle la puerta a Rafael Correa de posibles reelecciones. Correa dijo que la consulta estaba impulsada por sectores de la derecha que buscan destruir, , todos los avances sociales que se consiguieron durante su mandato.
Moreno Garcés responde a la vieja práctica de achacarle a otros lo que uno mismo contribuyó a forjar, y utiliza el perverso ardid de los abogados taimados: ”Si no puedes ganar un juicio,  ¡enreda!” y eso está haciendo desde su silla presidencial el sucesor y antiguo partidario de Rafael Correa.
Pero no todos le dan la razón a Moreno, baste repasar los tuits desde diversas partes del mundo, donde califican posición de Moreno como traición a los postulados de Correa y los suyos propios cuando fue vicepresidente.
Los medios occidentales califican de estocadas cada una de las acciones de Moreno, pero olvidan decir  o silencia que figuran entre las peores puñaladas traperas de la Historia.


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